Vuelo Bogotá-Lima por Lan Airlines, opinión, experiencia, relato; primer viaje en avion a Peru

Vuelo Bogotá-Lima por Lan Airlines, opinión, experiencia, relato; primer viaje en avión a Peru; como fue, que pasó, consejos, recomendaciones y tips.
El vuelo Bogotá-Lima por Lan Airlines LA 2583 hace parte del periplo hacia el encuentro local de Google Argentina 2014 y que ya empecé en el post titulado Viaje Ibagué-Bogotá.

Aeropuerto de salida: El Dorado terminal 1 en la capital colombiana.
Aeropuerto de llegada: Jorge Chavez  en la capital peruana. Duración estimada 3 horas 10 minutos non stop. Equipaje permitido 23 kilogramos. ¿Que tipo de aeronave o avión nos corresponde? Un Airbus Industrie A319 al que le pueden caber de 120-132 pasajeros; son aeroplanos usados para vuelos de distancia media (estos aparatos tienen un rango de entre 3.000-3.500 km). Al parecer, en general hay dos filas de 3 puestos cada uno a lado y lado en clase económica mientras que habrán unos 12 puestos en clase ejecutiva o de negocios, sillas reclinables y solo 2 puestos por fila.
Se dice que los mejores asientos pudieran ser los de las fila 12 pues hay un pasillo (salida de emergencia) de por medio que los separa de la fila 11. Los peores puestos los de la fila 25, en la parte posterior del avión y junto al WC o baño.
Se espera que cada asiento cuente con su pantalla de video que incluya algunos canales de audio o por lo menos monitores compartidos cada cierto número de sillas, así como AC power o conexión de energía (enchufes o clavijas). Este avión puede volar a unos 850-960 kms por hora. ¿Cuanto mide de largo? Unos 33.8 metros.
Vayámonos de viaje Bogotá hasta Lima para narrar mis experiencias y opiniones,que seguramente serán de utilidad para algunas personas.

Este relato es la secuencia del texto titulado Mi primer viaje en avión, Colombia. Llegué a la capital colombiana, muerto del frío (eran las 16:50 aproximadamente hora local), bajamos del avion, nos esperaba un bus o colectivo para llevarnos hasta el descenso de pasajeros en el terminal aéreo. Ya tenía el check in pero igual ignoraba qué más debía hacer.
Lima-Peru-foto-nocturna-pcweb, vuelo Bogota-Lima, primer viaje a Peru en avión
Apenas ingresé a El aeropuerto el Dorado pregunté a un señor uniformado (debía ser empleado de allí) que donde quedaba Lan. Me indicó de la manera más sencilla (esas instrucciones parecían un algoritmo complejo como el de búsqueda de Google) algo que no entendí. Agradecí efusivamente sus datos y me ubiqué a otro guardia quien me dijo que subiera al segundo piso y que a mano derecha al final quedaba...Estaba algo asustado porque sobre el papel el vuelo hacia Lima salía a las 19:10 y por tanto debía estar en la puerta de embarque sobre las 18:10 de acuerdo a las instrucciones recibidas.

Literalmente corrí hasta un punto donde unas señoritas muy hermosas detrás de una ventanilla de Lan, cuchicheaban (hablaban) entre  sí. Que pena, viajo para Lima, tengo este papelito (tarjeta de embarque), hacia dónde me dirijo. Me miraron de arriba hasta abajo, sonrieron y me dijeron que debía pasar por migración. Jajajaja. ¿y eso donde era? Me dieron instrucciones (y yo hijo del texto escrito tuve dificultades para seguir sus directrices verbales), hasta que llegué a una fila enorme. -El que sigue. Pasé algo avergonzado, alisté mi pasaporte (que hasta ese instante estaba nuevo, con 7 años de haberlo sacado pero sin viajes internacionales para estrenarlo) y la tarjeta de embarque. Por supuesto mirada sospechosa del respectivo empleado, luego una sesión de preguntas, ¿que va a hacer a Lima? Mire, en realidad voy para Buenos Aires para un evento de Google pero no tengo el tiquete(pasaje o ticket) ni la tarjeta de embarque porque los señores de Aerolíneas Argentinas no me permitieron hacer esto por internet ni por teléfono, como sí fue factible con Avianca y Lan respectivamente. Que entonces me daban un sello solo hasta Lima y que allí mirara como me defendía (nooo por Dios, no quiero quedar abandonado en territorio peruano...). ¿Cuantos días dura el evento? Le conté. No fue tan demorado, fue más el susto y la novatada. A pasar las maletas por los rayos X, de nuevo a quedarme sin correa, monedas y semejantes; en esta ocasión me preguntaron qué llevaba en la mochila o maleta pequeña, el laptop y la tablet, ok, pasar por una puertecita (supongo que permitía ver si uno llevaba algo metálico) y listo, que siguiera para la puerta de embarque. ¿Y eso donde era? El vigilante me miró fastidiado y de nuevo instrucciones prístinas...carajo, creo que los funcionarios de los aeropuertos deberían recibir capacitación sobre cómo hacerse entender de los viajeros. (¿O los viajeros sobre cómo entender a los funcionarios de los aeropuertos?). Logré llegar a las 18:45, faltaba poco.

Me senté y vi a unos señores con las computadoras portátiles encendidas, de una, no había llevado el teléfono móvil porque creí no necesitarlo, craso error, estaba en la capital del país incomunicado y quería decirle a mi familia que al menos había sobrevivido el trayecto Ibagué-Bogotá y que al parecer iba para Lima. Claro, se supone que había wi-fi gratuito en el aeropuerto, saqué la tableta, me conecté como pude a una de las conexiones disponibles y espere, eso parecía conexión de 28k vía teléfono en los años 90. Desesperado y medio y, a sabiendas que mi tableta marca ACME no reconocía G+, recurrí a Facebook meseenger y esperando que tanto mi esposa como mi hijo estuvieran conectado, nada, dejé sendos mensajes. Una amiga en cambio,¿ hola como estás, ya llegaste a Buenos Aires? Que no, estoy aguardando salida para Lima...Que los pasajeros preferenciales o algo así y los ancianos y niños en una fila, los pasajeros de tales puestos a tales otros otra fila y que se armó la inmunda porque todos queríamos entrar de primeras jejejeje.
Nos metieron por un tubo (algo así como un túnel) donde nos esperaban sonrientes un par de mujeres uniformadas (¿porqué sonríen? ¿Se les hace mucha gracia que uno esté muerto del susto y completamente perdido tratar de localizar un puesto?). Decían por las bocinas que era preciso guardar el equipaje encima de nuestros respectivos puestos. Y va y me toca un, como se llamará esto, maletero por decirlo así, reservado para empleado...ni modo, puse la maleta grandecita a un lado, diagonal al puesto asignado y casi recé (nunca lo hago, es solo una forma de decirlo) que no se me fuera a olvidar y llegara a territorio peruano bastante liviano y  sin la ropa.
Como yo seguía obsesionado con la ventanilla, me tocó arrinconado junto a una pareja de enamorados, ella muy hermosa y con acento peruano-boliviano (no lo sé distinguir), él con un Mac y una cantidad de ventanas con software matemático y largas ecuaciones (me daba una envida, yo paralizado del susto y el tipo fresco como una lechuga). Bueno, luego de todo el discurso de los chalecos salvavidas (y yo trataba de recordar mis clases de geografía en el colegio y me preguntaba si habían mares en el trayecto Bogotá-Lima, no me daban los datos, mar ni en las curvas), aquello de las máscaras y el mimo representando lo que decía su compañera, el tenebroso acento peruano-inglés-me importa cinco si entienden-señores pasajeros, ví que había cada puesto de por medio una pantallita de video. Al menos podré ver una película mientras este avión sale. Se veía interesante el filme, tanto que ni recuerdo que fue lo que ví (sobre todo porque no sabía cómo hacer para escuchar el dichoso video,había un enchufe de audífonos o cascos al lado pero me salían emisoras, como a los 20 minutos de oír música que no tenía nada que ver con lo que veía, medio avergonzado,le pregunté a Einstein que si él sabía como hacer para oir lo que decían en la pantalla; tremendo montañero,si era sencillo).
Pero como ya había tenido la experiencia de un despegue previo pensé que este iba a ser muy parecido; teóricamente lo era pero en realidad, la velocidad y el empuje fueron muy superiores...además, ahora era de noche. La perspectiva de Bogotá nocturna era impresionante, tanto como el susto. El vuelo duró algo así como 2 horas durante las cuales hubo cualquier cantidad de turbulencias, truenos y sacudidas; yo estaba verde, ligeramente mareado pero haciéndome el valiente, el experimentado. Durante el mismo yo aguardaba el famoso snack o brunch, que según mis cálculos podía ser tremenda cena con sopa y todo (jejeje, vaya iluso). Me sirvieron medio vaso de jugo de naranja y un croissant rejudo y tieso, amén de pequeñito, junto a un dulce. Pero ni modo.Debía ser fuerte y sobrevivir.
Miraba a los lados y mis compañeros dormitaban como si estuvieran en un lecho de plumas. No entiendo cómo lo hacían con esas sillas prácticamente verticales y esos saltos. Pensaba mucho en cómo solucionar lo del check in en Aerolíneas Argentinas en el Aeropuerto Jorge Chavez de Lima:no conocía el aeropuerto ni mucho menos el procedimiento preciso a seguir. Estaba en esos pensamientos poco alegres cuando sobrevolamos lo que creí era como un gigantesco río y muchos barcos y luces;nos anunciaron la inminente llegada a la ciudad de Lima Perú.
Esperen el relato del vuelo Lima-Buenos Aires en posterior entrega. Gracias por leerme y la paciencia de rigor.

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